Servicio donde se planifica y visualiza cómo será la obra final. A través de un dibujo, maqueta o diseño digital, se definen los colores, formas, estilo, tipografía, composición y mensaje que tendrá el graffiti, adaptado al espacio donde se va a pintar.
Este proceso es fundamental para asegurar que el trabajo final sea coherente, atractivo y personalizado, cumpliendo con las expectativas del cliente y respetando las proporciones del muro o superficie.